Grandes Catástrofe la Historia: Los desbordamientos del Hoang-Ho `Rio amarillo




El río Amarillo o Huang He, antiguamente, Hwang-ho, (chino tradicional: 黃 河, chino simplificado: 黄 河, pinyin: Huáng Hé, Wade-Giles: Huang-ho) es un largo río del centro de China que fluye en direcciones NE, E, S y nuevamente, NE, a través de las provincias de Qinghai, Gansu, Henan, Shandong, Shanxi y Shaanxi, y las regiones autónomas de Mongolia Interior y Ningxia, hasta desaguar en el mar de Bohai. Tiene una longitud de 5464 km, lo que lo sitúan como el sexto río más largo del mundo, por detrás del Amazonas, Nilo, Yangtsé, el Misisipi-Misuri y el Yeniséi-Angará.


Originario de las montañas de Bayan Har, en el oeste de China, fluye a través de siete provincias —Qinghai, Gansu, Shaanxi, Shanxi, Henan y Shandong— y dos regiones autónomas —Ningxia y Mongolia Interior— y desemboca en el mar de Bohai. La cuenca del río Amarillo tiene una extensión, de este a oeste de 1900 km y, de norte a sur de 1100 km, drenando 742 443 km² (la 33.ª del mundo).




Históricamente, es el río más importante de China y en su cuenca se han descubierto numerosos yacimientos arqueológicos que demuestran la presencia humana ininterrumpida desde la prehistoria. En torno a él, en la llanura del Norte de China, surgió la civilización de los han, el principal grupo étnico del país, cuyo territorio se iría expandiendo después hacia el sur. El río Amarillo es considerado por ello «la cuna de la civilización china», ya que su cuenca —en concreto, el valle del río Wei que corta a través del largo bucle de Ordos— fue la cuna de las antiguas civilizaciones chinas y la región más próspera de la temprana historia de China. Sin embargo, las frecuentes y devastadoras inundaciones y los cambios de rumbo producidos por la elevación continua del lecho del río, a veces por encima del nivel de los campos circundantes, también le han servido para ser llamado la «Tristeza de China» y «Azote de los hijos de Han».


Su nombre se debe a la gran cantidad de materiales en suspensión que arrastran sus turbulentas aguas, lodos y loess —partículas de arena muy finas, con predominio de cuarzo—, que le dan su característico color, además de las partículas en suspensión que provienen de la multitud de cultivos de maíz alrededor del cauce a lo largo de cientos de kilómetros en su curso medio.


Antes de la construcción de las presas modernas, el río Amarillo era muy propenso a las inundaciones. En los 2.540 años antes de 1946, se registraron 1.593 inundaciones, además de 26 cambios notables de curso y nueve cambios drásticos.​ Algunas de estas inundaciones han sido los peores desastres naturales de los que hay constancia. Antes de la moderna gestión de desastres, cuando se producían las inundaciones una parte de la población moría inicialmente por ahogamiento, pero muchos más se veían afectados por la hambruna y la propagación de enfermedades que seguían después.


La causa de las inundaciones es la gran cantidad de loess que transporta el río desde la meseta de Loes, un loess que luego se deposita en la parte inferior de su curso. La sedimentación provoca que se creen, por lenta acumulación, presas naturales y, sobre todo, diques naturales, con lo que las orillas del río van creciendo sobre la llanura de inundación quedando muchas veces el nivel superior de las aguas por encima del nivel promedio de dicha llanura. Los diques naturales sufren alteraciones continuas e impredecibles por la propia dinámica fluvial de los ríos de escasa pendiente, agravado en este caso por la finura y cantidad de los sedimentos acarreados por el río Amarillo. Finalmente, la enorme cantidad de agua tiene que encontrar una manera nueva de alcanzar el mar y se desborda a través de la llanura del Norte de China, a veces encontrando un curso nuevo. La respuesta tradicional china de ir construyendo diques a lo largo de los orillas cada vez más altos, también contribuyó a veces a la gravedad de las inundaciones: cuando las aguas rompían las diques la mayor altura de los mismos impedía que el agua pudiera volver nuevamente al cauce, como haría después de una inundación normal, ya que el lecho termina por estar incluso más alto que el campo que lo circundaba. Es el ejemplo descrito en los casos de los ríos de tipo Yazoo.


Otra fuente histórica de inundaciones devastadoras fue el colapso repentino de presas de hielo que se localizaban en su curso alto, en Mongolia Interior, con la liberación brusca de grandes cantidades de agua embalsada. En el siglo pasado hay constancia de 11 inundaciones importantes de éstas, que provocaron tremendas pérdidas de vidas y bienes. Hoy en día, para evitarlas, se utilizan explosivos que se arrojan desde un avión para romper los diques de hielo antes de que se vuelvan peligrosos

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